LOS NUEVOS PUTTERS TAYLORMADE

TaylorMade tiene un historial de diseños de putters dinámicos que superan los límites de la tecnología, el rendimiento y el uso de materiales. Pero para tantos golfistas, nada supera la apariencia, el sonido y la sensación de un putter fresado ingeniosamente diseñado para un propósito singular: entregar el putt perfectamente golpeado.

“Es tanto, si no más, arte que ciencia. No solo con el producto final, incluso el acto de leer un putt. La línea, la velocidad. Las pequeñas imperfecciones que a veces ves en un green, o las ocho líneas diferentes eso puede conducir al mismo lugar”, dice Brian Bazzel, vicepresidente sénior de creación de productos de TaylorMade. “Queríamos crear diseños que hablaran con el golfista, porque sabemos que tener un putter en el que creas es fundamental para tener éxito en los greens”.

TaylorMade ha trabajado duro con la idea de crear putters fresados ​​de primera calidad durante décadas. Sin embargo, es una categoría de producto tan matizada que requiere un compromiso total en cada paso del camino.

“Con TP Reserve, finalmente nos hemos comprometido con él”, dice el director sénior de creación de productos de Putters Bill Price. “Estos putters de fresado fino abren una categoría completamente nueva en el mundo de TaylorMade. Se trata de la precisión, la artesanía, la exactitud y el rendimiento que encarnan las formas clásicas”.

El camino comenzó hace años, cuando el equipo entendió que lograr el más alto nivel de detalle requiere tiempo, paciencia y dedicación a lo sutil. La exploración minuciosa de cada elemento de diseño recayó sobre los hombros de Reed Potter, el ingeniero principal del proyecto TP Reserve.

“Hasta la décima de milímetro”, describe. “Es como una pieza de joyería. Nos estamos acercando a un nivel que nadie puede ver a simple vista, literalmente debatiendo si hacer una línea superior de 7,9 u 8 milímetros. En última instancia, se determinó cada detalle para superar las expectativas y demandas de los putters más exigentes del mundo”.

Los putters fresados ​​desbloquean un nivel inigualable de detalle y precisión en comparación con la fundición, un proceso de fabricación utilizado para crear cabezas de palos que consiste en verter metal fundido en un molde prediseñado para formar la forma de la cabeza. Si bien el colado toma menos tiempo, deja una textura áspera a lo largo de la superficie, que debe pulirse, lo que presenta variabilidad e inconsistencia. El proceso de fresado, sin embargo, nos permite conservar la geometría y los detalles previstos en cada cabeza del palo con una precisión exacta.